lunes, 2 de mayo de 2011

Los Duques de Cambridge abandonan Buckingham tras su banquete de bodas y ponen un original fin de fiesta en un coche adornado para los recién casados


Los recién casados coronan su gran día con varias fiestas: un almuerzo del que ha sido anfitriona la reina Isabel y una cena solo para familiares y amigos que presidirá el príncipe de Gales. El palacio de Buckinghan, escenario de ambas celebraciones, ha albergado el banquete de bodas de los duques de Cambridge en los 19 salones de Estado especialmente abiertos para que los invitados brindaran por la felicidad de los esposos. De los 1.900 asistentes esta mañana a la ceremonia religiosa solo 650 privilegiados, vinculados a la vida oficial y privada de la pareja, se han dado cita también en el convite.
Los comensales degustaron una selección de canapés, que incluían ensalada de cangrejo de Cornualles en blini limón, terrina de pato con conserva de frutas, rollos de queso de cabra con nueces caramelizadas, palmeras y palitos de queso, salmón ahumado escocés en blini remolacha, tarta de miniatura de berros y espárragos, espárragos escalfados con salsa holandesa, huevos de codornices con sal de apio, langostinos escoceses con mayonesa de limón confitado, entre otras exquisiteces con ingredientes ingleses.


Una tarta de ocho pisos y 900 flores
El dulce y delicioso punto final del banquete nupcial fue la tradicional tarta de boda de varios pisos y un segundo pastel de chocolate y galletas, que encantaba de niño al príncipe Guillermo. Durante todo el convite, los golosos pudieron echarle una mirada en la galería de Imágenes de palacio, donde se expuso el artístico bizcocho, diseñado por Fiona Cairns. El pastel de frutos secos, primorosamente decorado con 900 flores nacionales del Reino Unido de azúcar blanco (la rosa de Inglaterra, el cardo de Escocia, el narciso de Gales y el trébol de Irlanda) y cubierta glaseada, se ha elaborado con 17 pasteles de frutas individuales (12 de los cuales forman la base) y cuenta con ocho niveles.
Claire Jones, la arpista oficial del príncipe Carlos, amenizó la celebración más solemne de Buckingham en la que los novios cumplieron con la tradición de partir juntos mano a mano el primer trozo de tarta, algunos protagonistas del enlace pronunciaron sus discursos y la reina y el duque de Edimburgo, el príncipe de Gales y la duquesa de Cornualles y la pareja nupcial saludaron a los invitados de mayor rango. A partir de entonces, un respiro y fiesta.


Un Aston Martin con matrícula JU5TWED
Han pasado los nervios y ha terminado el almuerzo. Los recién casados se han ido a las 16.40 (hora española) a Clarence House para descansar antes de la última de las celebraciones de su boda. Será esta noche en una fiesta privada organizada por el príncipe Carlos en la que se reunirán los amigos y familiares más cercanos a los novios para brindar por su felicidad. Si su paseo en carroza tras la ceremonia se ha ajustado al protocolo, el que han hecho desde Buckingham hasta Clarence House ha sido sin duda uno de los momentos inolvidables del día. La pareja se ha subido a un coche “menos oficial”, un convertible Aston Martin Volante DB6 MKII de color azul oscuro, propiedad del príncipe Carlos desde 1969, y que conducía el propio príncipe Guillermo. El vehículo estaba engalanado para la ocasión con varios globos atados a su trasera, unos en forma de corazón y otros con sus iniciales W y C, haciendo un guiño a su condición de recién casados. La matrícula lo reiteraba con el juego de letras y números JU5TWED (just wed, es decir, recién casados). Un original fin de fiesta (¿o deberíamos decir fin de la formalidad?) para unos novios que han conquistado con su simpatía a medio mundo.

Nota publicada por ¡HOLA! el 29 de abril de 2011. (Nota sin edición)

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